En la era digital, los contratos electrónicos se han convertido en una herramienta fundamental para empresas, emprendedores y profesionales independientes.
Sin embargo, a pesar de su practicidad, siguen ocurriendo muchos errores al redactar contratos que pueden poner en riesgo su validez legal o generar conflictos entre las partes involucradas.
En este artículo te contamos cuáles son los errores más comunes al elaborar contratos digitales y cómo puedes evitarlos para garantizar que tus acuerdos sean claros, seguros y legalmente válidos.
1. No identificar correctamente a las partes
Uno de los errores más frecuentes es no dejar bien claro quiénes son las partes que intervienen en el contrato.
A veces se omiten datos clave como nombre completo, razón social, RFC, domicilio fiscal o datos de contacto.
¿Por qué es un problema?
Si no se identifica de forma precisa a las partes, será complicado hacer valer el contrato en caso de conflicto, e incluso puede considerarse inválido.
✅ Cómo evitarlo
Asegúrate de incluir todos los datos de las partes involucradas desde el inicio del documento. En el caso de personas morales (empresas), indica también quién las representa y con qué facultades.
2. Usar lenguaje ambiguo o genérico
Frases como «según lo acordado» o «como se verá conveniente» son ejemplos de redacción ambigua que dejan espacio a interpretaciones distintas.
¿Por qué es un problema?
Un contrato debe establecer con claridad qué se espera de cada parte, en qué plazos, bajo qué condiciones y con qué consecuencias si no se cumple. Si el lenguaje es vago, cualquiera puede entender algo distinto.
✅ Cómo evitarlo
Redacta de forma clara, concreta y específica. Si hay términos técnicos, defínelos. Y si hay acuerdos condicionales, explícalos con precisión.
3. Omitir cláusulas clave
Hay contratos que olvidan incluir aspectos básicos como:
- Plazo de vigencia
- Penalizaciones por incumplimiento
- Jurisdicción en caso de conflicto
- Mecanismos de terminación anticipada
¿Por qué es un problema?
Si el contrato no cubre todos los escenarios posibles, te quedarás sin herramientas para hacer valer tus derechos si algo sale mal.
✅ Cómo evitarlo
Elabora un checklist de cláusulas esenciales según el tipo de contrato (prestación de servicios, compraventa, arrendamiento, etc.) y revísalo antes de cerrar el documento.
4. Copiar y pegar contratos de internet
¡Este es un clásico! Muchos contratos electrónicos se redactan tomando un modelo de internet, sin adaptarlo al caso concreto.
¿Por qué es un problema?
Lo que funciona para un freelance en España no necesariamente aplica para una empresa en México. Además, copiar contratos sin revisarlos puede incluir cláusulas desactualizadas, ilegales o simplemente irrelevantes.
✅ Cómo evitarlo
Si vas a usar una plantilla, hazlo solo como punto de partida. Personaliza cada cláusula según tus necesidades y, si puedes, pide revisión a un abogado.
5. No incluir una firma electrónica válida
Hay quienes creen que basta con escribir el nombre al final del contrato o adjuntar una imagen de firma para que el documento sea legal.
¿Por qué es un problema?
La legislación mexicana (y la de muchos países) exige que las firmas electrónicas cumplan con ciertos estándares para tener validez legal, como autenticidad, integridad y no repudio.
✅ Cómo evitarlo
Utiliza plataformas como Contractualis que permiten firmar documentos con tecnología segura y cumplen con los requisitos legales para que tus contratos tengan validez jurídica y fecha cierta.
6. No guardar evidencia de aceptación
En el mundo físico, los contratos se firman y se archivan. En el mundo digital, muchas veces se envía por correo y se da por entendido que la otra parte aceptó.
¿Por qué es un problema?
Si no tienes forma de probar que el contrato fue aceptado y firmado por la otra parte, podrías tener problemas para hacerlo valer.
✅ Cómo evitarlo
Usa herramientas que registren quién firmó, cuándo, desde qué IP, y con qué método. Esa trazabilidad es clave en contratos electrónicos.
7. No contemplar cambios o anexos
Los contratos evolucionan, y a veces hay cambios acordados entre las partes. El error está en hacerlos “de palabra” o por WhatsApp sin reflejarlos formalmente.
¿Por qué es un problema?
Si el contrato cambia y no se documenta, en caso de disputa legal solo se tomará en cuenta lo que está escrito.
✅ Cómo evitarlo
Incluye una cláusula que especifique cómo se realizarán modificaciones o anexos.
Y si se acuerda un cambio, genera un nuevo documento o anexo firmado por ambas partes.
Redactar contratos electrónicos no es simplemente digitalizar un documento.
Requiere atención al detalle, conocimiento legal y herramientas tecnológicas adecuadas.
Cometer alguno de estos errores al redactar contratos puede costarte mucho tiempo, dinero y dolores de cabeza.
La buena noticia es que, con plataformas como Contractualis, puedes generar contratos digitales claros, seguros y legalmente válidos, minimizando estos riesgos desde el inicio.
Crea tu cuenta en Contractualis y comienza a firmar contratos electrónicos con total seguridad y validez legal.